Es la capacidad que tiene el sistema visual para discernir entre un objeto y el fondo en el que se encuentra. Un ejemplo claro es el caso de un gato negro en la nieve (alto contraste) o un gato blanco en la nieve (bajo contraste).

Se evalúa con unos tests especiales y debe explorarse rutinariamente ya que este valor disminuye en casos de cataratas, glaucoma, degeneración macular…y lo hace antes de que empeore la agudeza visual y constituye por consiguiente una prueba importante para la detección temprana de estos procesos.